miércoles, 21 de octubre de 2009

4

Con sabor a miel caliente, dulce praliné vespertino
de desliz suave y hesitante.
La vez que pudo no intentó y si intentó no lo hizo.
No sé bien.
Juega a ser de estar y a estar malgastando,
como niño con dinero.
Los pasillos se hacen largos a su lado
y de saber del verde color de alguna palabra
me quedo con su aroma cerca de mi camino.
Lo intento.
Monologa el viento en su intento por hablar
y al ulular me conmueve lo pequeño de sus manos,
concavidad inusual, sonríe y lo permito.
Lo siento.
En una palabra chocolate, en dos cómo haces
ignoro el momento en que mentir fue mi verbo.
Un caramelo una risa azucarada
la dulce cucharada que da sabor a la tarde.
No puedo.

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