miércoles, 23 de diciembre de 2009

Extraño

Lo pensé. Primero dos minutos casi tres y creyendo que se iba a detener en esos estadios de mi mente retardé mis pensamientos como un triste sonido que no dejaba salir. Luego así como el atardecer se pone inevitablemente justo en el medio de la silueta del mar. Te extrañé. Entre las diez y las doce más que nunca como la vida ante el dolor de un desahuciado. Pensé en tu sonrisa, en el calor de tu abrazo aunque suele ser plural, en tu pequeña mirada a la reacción de tus gestos y en el dulce carmín de tus más subrepticios besos a la luz de la noche comentados por ventanas y paredes de cemento. Me quedé atrapado en el miedo del momento de no saberte a mi lado de no tenerte conmigo de sentirte a lo lejos. Sobre la ausencia empática de no oír un te quiero, te pensé como un tonto que se encuentra contento de sentir que es amor aunque sea en pensamiento. Te extrañé como a nadie como al verbo querer, como un sueño perdido y no me arrepiento. Entre las diez y las doce un infrasónico latido encalló en el medio del mar de mi amor. Una noche vencido por un vaso de vino reflejó una palabra en su dulce sabor.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Literatura

Una frase pérdida que no encontraba razón que estaba suspendida en lo más sutil de mis recuerdos. Me encontró varado en un mar de ideas de la misma manera que cuando la escuché por primera vez. Cerré los ojos un momento y guardé lo que siento... un instante de miedo. Aprecié la razón del amor cuando es cierto esa frase que fue mi más triste alimento después de oir la voz de una persona que aprendió con el tiempo. El amor de tu vida tan sólo es uno: el dilema se encuentra en que no sabes si es, si será o si fue. Si fue tendrás una vida de lamentos con un querer que ya no es cierto por aprender muy tarde. Si es, cuida bien lo que tienes porque no sabes qué podrá ser, para cuando lo entiendas será lo que pudo ser y no fue. Lo recordé simplemente despues de preguntar una vez, de ver tres películas, de pensar dos veces e imaginarte aquí. A mi pregunta respondió creo que lo quiero y sólo atiné a decir cuida lo que tienes antes de decir lo tuve. Al ver las dos películas recordé las palabras de ese profesor de Literatura que vivía enamorado del amor porque no podía entenderlo. El decía: El amor es lo único que creamos para otras personas -sin valor, sin plusvalía- y no se sabe si lo van a querer o no. Y gastaba las horas de su clase explicándonos lo que en sus horas había entendido de él. Al pensar dos veces e imaginarte aquí. Una para imaginar y otra para entender lo que había imaginado. Te vi... y no quise ver bien primero y al entender, te vi acompañada sin expresión alguna. Seguro por piedad de mi mente. Sin amor, sin nostalgia, sin rencor. Un borroso Y a la vez que surgió una luz en mi mente, un brillo lábil que caía de mis ojos me dijo lo entiendo. Algún día probablemente no muy lejos estos amores que sueñan despiertos con años o entierros volverán a sus dueños.

viernes, 18 de diciembre de 2009

La mitad de lo que siento

Que nada le aflija
que olvide el te quiero,
que ausente la magia de amor un momento.
Que sueñe en la cama
y no lo haga despierto,
que bese y no sienta el amor en sus besos.
Que olvidar sea un deporte
que mentir sea correcto,
que aligere la carga de todo sentimiento.

Que use la razón
que sea amor por defecto,
que el abrazo y el beso sean dos partes de un juego.
Que el catorce sea trece
que no exista febrero,
que al llegar ese día haga fiesta en mi duelo.
Que al amor sienta el frío
como un cubo de hielo,
que el suspiro sea tos que le enferma a momentos.

Que no digas no puedo
que me digas te entiendo,
que mañana de pronto ya no sigas latiendo.
Yo intento arreglarte
y nunca estas quieto,
tristeza es a amor como fin a comienzo.

martes, 1 de diciembre de 2009

La llave

Casi siempre consigo expresar lo que siento... aunque en el fondo no sé que ha quedado en el entender de quien oye, lee o quizás simplemente ve. Ya ha pasado bastante que intento y no consigo comprender. A veces cuando más se desengrana el pensamiento cuando la proximidad de la palabra de quien explica demora, una idea llega a mi cabeza mucho antes y suelo decir entiendo o entendí para mis adentros porque pretendo dar en el clavo por pura conjetura o una simple carencia de saber decir no puedo y eso bien yo lo sé. Había dejado arrumbado mi interés por una solución a esta ligereza y sucedió ayer en pleno desdén perentorio por asesinar minutos frente a mi pantalla. Al igual que el más infeliz de los casos de una llave perdida: "encontré lo que no buscaba" y apunté bien la placa de la idea para no olvidarla por si llega el momento. Porque reconozco el arduo maquillaje de mis pensamientos cuando me es conveniente. Una imagen dijo más que mil palabras y pudieron ser sólo diecisiete pero no llego ninguna antes de observar con detenimiento los ojos de quien mira cuando está enamorado. Cie.