Amor

Amor, qué dulce esa palabra cuando más quiero yo.

Saber que cuenta el aire con mi suspiro tranquilo

cuando respiras conmigo ya tan cercana tu voz.

Y no es, por cada vez que te pienso 

sino el color más intenso que le has pintado a esta flor. (que me recuerda tu nombre)

Amor, qué dulce esa palabra cuando más quiero yo.

Y cuando es más grande el temor se me recuesta el cariño 

y suelto un beso de niño porque te siento mi amor,

para perderme en tu voz, en tus palabras de abrigo

se mece el tiempo conmigo estando tú entre él y yo.
  

Mi Amor, qué dulce esa palabra cuando más quiero yo.

Una palabra me basta, una oración sin testigo,

un color vivo perdido en una puesta de sol.  

Haciendo versos bajitos canta el amor en mi oído 

y siento un tierno sonido que se transforma en canción. 
 

Amor, qué dulce esa palabra cuando se oye en tu voz.

Y me enternece el corazón saber que es todo contigo, 

que había un fruto perdido y he recordado el sabor,

que cada puesta de sol por cada noche de invierno

recuerde que es mi elección que tu amor sea sempiterno.

La última página.

Cuando las historias se acaban y son buenas siempre hay algo más que decir, que imaginar, que inventar para que no terminen. Cada vez que por alguna razón se acerca tu nombre suelo pensarlo; culpas, palabras, noches, juegos, las benditas fases de la luna y una muerta manera de querer que ya el tiempo ni el olor ha dejado. Mis poemas fueron la mejor invención para acercarte a mí para jugar con el tiempo, doblarlo y darle ese imposible para atrás que tan bien le haría a muchos. Por qué. No lo sé, nació de repente en el momento justo que sabía que ya no iba a verte, como cuando sabiendo que no puedes ganar un juego empiezas a jugar otro en el que sabes que sí puedes ganar. Como la nostalgia se prolonga en la mente del que escribe, he sido feliz con la soledad de mis pasos.

El consuelo de mi soledad, cada paso respirando mis pensamientos en estos años han sido por cuenta mía por puro gusto a la desidia de intentar hacer posible lo imposible. 
He entendido claramente que si hay algo que no puedo olvidar es la polución que anegó mis pensamientos en desenfreno que derrama puro escepticismo y que, por sobre todo, cuando me ayuda beber a escudriñar mi memoria no hay nostalgia por ti sino por tu recuerdo. El  mismo componente de cada poema que le dio vida a mis latidos le quitó su sonido. Yo no esperaba este día con ganas, ni siquiera lo imaginé, la ultima vez que de ti escriba que perfore mis ideas con tus recuerdos, que el color verde, el color de tus ojos y lo que de ti queda sea lo que perdure en pensamientos y que todos mis amores lleven tu nombre por algún complejo artificio del destino. Qué abstruso este invisible sistema de poleas donde sube y baja como llegada y salida, se asoma a tu casa la vida y muere con su primer llanto el recuerdo de tantos días.

Dehiscencia II

Si supieras cuánto te extraño, que te miro y aún veo en tus ojos aquel cielo
que alumbró mi timidez y tus sonrisas en silencio.
Aunque te vea muy de lejos yo te llevo muy adentro.
En mis noches no hay estrellas y la luna se ha tornado color negro
cada nube me dibuja la dulzura de tus besos.
Se despierta lentamente tu recuerdo y no logro contenerlo.

Y no sé como explicarte lo que siento se me nubla la mirada, tengo miedo.
Tu sonrisa me hace falta tu recuerdo quema dentro.
Por favor escúchame lo que te digo no me barras la mirada siento frío.
Sólo quiero estar contigo y besarte una vez más, Amor.

Hoy siguiendo aquel ocaso he recordado ese momento en que
mirándonos los dos, nos repetimos un te quiero lentamente.
No importaba más el tiempo nuestra voz era el silencio.

Y no sé como explicarte lo que siento se me nubla la mirada, tengo miedo.
Tu sonrisa me hace falta tu recuerdo quema dentro.
Por favor escúchame lo que te digo no me barras la mirada siento frío.
Sólo quiero estar contigo y besarte una vez más, Amor.

                                                                                                                       20.10.02