miércoles, 23 de diciembre de 2009

Extraño

Lo pensé. Primero dos minutos casi tres y creyendo que se iba a detener en esos estadios de mi mente retardé mis pensamientos como un triste sonido que no dejaba salir. Luego así como el atardecer se pone inevitablemente justo en el medio de la silueta del mar. Te extrañé. Entre las diez y las doce más que nunca como la vida ante el dolor de un desahuciado. Pensé en tu sonrisa, en el calor de tu abrazo aunque suele ser plural, en tu pequeña mirada a la reacción de tus gestos y en el dulce carmín de tus más subrepticios besos a la luz de la noche comentados por ventanas y paredes de cemento. Me quedé atrapado en el miedo del momento de no saberte a mi lado de no tenerte conmigo de sentirte a lo lejos. Sobre la ausencia empática de no oír un te quiero, te pensé como un tonto que se encuentra contento de sentir que es amor aunque sea en pensamiento. Te extrañé como a nadie como al verbo querer, como un sueño perdido y no me arrepiento. Entre las diez y las doce un infrasónico latido encalló en el medio del mar de mi amor. Una noche vencido por un vaso de vino reflejó una palabra en su dulce sabor.

2 comentarios:

  1. LINDOO!!! OPIOO EL RELATO JAJA YAYA TU TB JAAA OIE NO LOGRO ENTENDER DE DONDE SACAS PALABRAS TAN HERMOSAS Y ATINADAS SIMPLEMNETE ERES UN GENIO......

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  2. extraño!!! yo tambien extraño estando acompañada.
    sintiendo su presencia tan cerca,siento que extraño sus palabras aunq las este escuchando...

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